La navidad ha sido siempre un desafío anímico para mi vida, creo que el Grinch es un gran reflejo de lo que soy para esta y otras fechas, por alguna razón intento no darle la importancia que todos les dan (y creo que es en parte por mi naturaleza contraria), y lo he expresado en otras entradas sobre lo que me ha ido molestando en esos momentos.
Esta ha sido mi primera navidad viviendo sola (casi sola, vivo con mi novio en un lugar propio), es la primera navidad celebrada en nuestros términos, pero también es la primera navidad sin mi abuela...
Me he pasado todas estas fechas con esa idea en mi cabeza de que no está bien, no está nada bien. No lo puedo negar estoy feliz de esta nueva etapa, pero tiene un toque de amargo, de molesto, de triste. Estoy pensando en qué dirías si vieras todo, cómo te debería haber traído obligada para que vieras todo, que te sintieras orgullosa y con tus ojos llorosos (como solías ponerte) me dijeras cuanto nos amabas.
Esta navidad es dura, es linda y dura todo al mismo tiempo, porque por primera vez no tuve que pensar en algo para ti, y fue todo tan raro, sé que cuando vaya a la casa no estarás, como hace ya meses no estás y en realidad me sigue molestando, me sigue conmocionando desde el pecho y hacia el mundo.
No sé bien si es normal o no, solamente sé que en realidad es un año que iba muy bien y así como la vida da, quita, y por lo mismo se ha vuelto en uno de los capítulos más trabajosos e intensos emocionalmente, mi estado Grinch ha entrado en un estado de latencia desganada, mi sensación de querer una rica cena con alguien amado, es todo lo que quise y agradecí... pero decir que aún así se siento tu ausencia.
Te extraño, y créeme que extrañaré tus cremas o calcetines de regalos, porque siempre supe que eran con todo tu esfuerzo...No tienes idea como cambiaste mi navidad este año, para mejor... te prometo que para mejor :).
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Libro 2013, Capítulo XII - Llegamos a navidad ...
Publicadas por Marcela (Pache) a la/s 20:47 0 comentarios
domingo, 3 de noviembre de 2013
"Es como no entender nada y sentirse en el piso"
Aún estoy en el proceso de aceptación, o algo así como medio escapando, medio tratando de pararme... Mi abuela, quien
hizo de madre, compañera, consejera, etc., falleció.
Se nos fue de forma abrupta, inesperada, rápida, sin muchas explicaciones más que la de la vida es
frágil o nosotros como seres somos frágiles, y no nos damos cuenta como en
nosotros mismos tenemos amenazas silenciosas que en un abrir y cerrar de ojos
puede hacer que nuestro estado y el paradigma de nuestro alrededor
cambie.
Honestamente, he repasado en mi cabeza mil
y una vez (gracias a las rumiaciones) lo que he armado de sus últimos momentos, y siento que debieron ser
más lindos, pero sé que al final, lo fueron, sé que de alguna manera ella
siempre estuvo lista para irse, no dejó cuentas pendientes con nadie en la
familia, se fue sin rencores, con mucho amor, se fue sin miedos, de eso sí
estoy segura.
Sin embargo, sigue siendo complicado, viví con ella mis 25 años. Soy lo que soy en gran parte por ella, por sus cuidados en mis primeros años; soy lo que soy gracias a sus valores, que trató de enseñarle a cada uno de mis tíos
y primos, pero sigue siendo difícil, la casa está lleno de ella, cada espacio
está lleno de recuerdo y conversaciones, una que otra risa tonta o una
anécdota, sigue siendo difícil continuar viendo todo sin ella ahí.
De todas las cosas que puedo decir de ella, y que siempre he dicho es que la amo, que siempre he estado agradecida
por todos sus cuidados, su dedicación, que no importa cuán distinto pensáramos,
siempre llegábamos a puerto; siempre tuvo cariño para todos los que llegaban; generalmente de buen
genio (al menos en los últimos 20 años); siempre buscando el lado bueno de
las cosas, para ella el pasto no era más verde donde el vecino, sino en su
propio patio; inquieta como ella sola, imposible de parar, imposible de sentar; no le gustaba molestar a nadie, no le gustaba pedir favores. Siempre decía que
daba lo mismo ser pobre, pero había que ser honrado; no importa no tener ropa
nueva, pero siempre tiene que estar limpia. Me dijo mil veces, recuerda
siempre hay que ser humilde... De palabras precisas y silencios aún más
intensos...
Mi abuela, la de los mejores abrazos
pequeños, la de los besos en la frente, que luego eran mis besos a ella en su
frente; pequeña de porte y muy grande en corazón y espíritu... la que había
empezado a tener problemas de memoria, la que nos preguntaba 3 veces si
habíamos comido algo, 4 si queríamos tomarnos un té, 3 si ponía la mesa, 5 sí
habíamos sabido algo del niño o la niña, 3 sí el Liyito había comido algo o lo
había comido todo... 3 sí teníamos que salir, 4 sí podíamos echar a lavar
ropa... y entre medio de eso un puñado de historias sobre porqué era la Chola o no se llamaba Olga, pero le decían así; de cómo era su campo querido, de su madre amada, de lo duro de
su tío, pero lo mucho que siempre la quisieron; de lo que fue casarse y
sentirse rechazada (como eran otros tiempos); de cómo fue no tener para darle a
sus hijos, pero que hizo todo lo humanamente posible por hacer de ellos quienes
son hoy.
Me quedan las conversaciones a la pasada
en la cocina o comedor, de cómo comer su plato era algo para lo que se tomaba
el tiempo y mucha comida era impensado para ese estómago de pajarito. Me
queda su preocupación antes de salir, sus bendiciones cuando me iba a cualquier
lugar, su ánimo increíble, sus ojos llenos de orgullo y lágrimas por cada uno
de mis logros y el logro de mis familiares.
Sé que era una mujer extremadamente
orgullosa de su familia, de lo que ella armó, pero lo suficientemente sabía
para perdonar errores y seguir con lo bueno que tenían las cosas, sé que era una mujer
que con los años se abrió a las risas, a los chistes y a las malas palabras porque no era tan difícil "llegar diciendo huevadas" y hacer que ella se sonrojara, se riera y nos siguiera la corriente.
Porque no sé quien me va a decir que de
comer tanto huevo me voy a poner simpática, y que no sé a quién le voy a
responder que en realidad me pondré huevona para que se ría, no sé quien me
dirá que la güifa no está o que la niña quiere un té... que no importa ella, que
importan los demás.
No sé a quién voy a abrazar en las mañanas
de los lunes o las tarde de los miércoles, porque ya no te podré invitar al
departamento al que me cambio, porque no podré ver tu cara al mostrarte las
tonteras que compramos y que muchas de esas eran para cocinar lo que me
enseñaste, o siempre que hacía te daba primero a ti.
Pero al final de todo esto, solo puedo
decir que no cabe más gratitud en mí, que estoy agradecida desde el principio y
hasta el final, que estoy feliz de todo lo que recuerdo, que estoy tranquila,
pero que me queda seguir, qué me pararé, porque no importa cuántas veces te
caigas siempre hay que volver a pararse...Y en eso estoy, con el ánimo por el piso,
pero agradeciendo lo que dejaste, agradeciendo el apoyo de mis cercanos,
agradeciendo el amor que me llena el pecho... sin entender mucho... pero pronto
de pie.
Publicadas por Marcela (Pache) a la/s 00:01 0 comentarios
Etiquetas: Dedicación , Experiencia , Monólogo interior , Personal
martes, 1 de octubre de 2013
Welcome Back
En los últimos años he entrado en una etapa de transición, donde he pasado de ser la estudiante a la trabajadora, no es un cambio poco común, por el contrario estoy donde todos en algún momento estarán o han estado. Sin embargo, el proceso sigue siendo algo nuevo y desafiante para mi, sigo encontrándome a mi misma dentro de esto y sigo viendo a lo que va causando cada uno de mis pasos y decisión. Por lo que el proceso de cambio me ha llevado a ver una realidad cultural y tener un flujo de estructuras con las que lucho porque no me identifican. Cuando hablo de esta realidad y flujo, hablo de lo que nos toca vivir en el Chile de hoy y lo que te hacen creer que es "normal".
Gran parte de este proceso lo he pasado desconectada de escribir, muy distinto de lo que fue el proceso de mi adolescencia, donde este Blog fue el espacio para resolver o exteriorizar mis crisis. Entonces hoy vuelvo a él, con una finalidad distinta, la de exponer mis resultados y no exponer mi proceso para obtener un resultado.
Publicadas por Marcela (Pache) a la/s 17:11 0 comentarios